Jack Adler Mc-Kean por fuera del Imperativo de reconocimiento

De musiki

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Función-Performata

Silencio cuasi total en la sala, se pueden percibir las respiraciones de los asistentes, el cerrar los ojos como un intento de deslizarse por fuera del imperialismo de la Imagen, la escucha profunda como un intento de captar el interior de una materia sonora ondulatoria: sonidos de presencia aérea se entremezclan con señales eléctronicas continuas y atisbos de una tuba muy poco reconocible. Sinestesia germinal violacea, una nebulosa abstracta se presenta como cierto indice atmosférico intensivo del instante: nos encontramos inmersxs en “Air and Blood” de Haukur Þór Harðarson, obra compuesta para tuba y electrónica interpretada por Jack Adler Mc-Kean en el contexto de “Laboratorio Performance”, clínica-concierto dictada en el auditorio de la Untref en la sede Caseros II. Poco nos importa en este texto un análisis formal sobre la obra, sus materiales, su autor o su intérprete: más bién nos proponemos desarrollar conceptualmente ciertas experiencias perceptivas que nos habitaron en tal momento, el despliegue de un imperativo de aventura performata que deshace las coordenadas tempo-espaciales dominantes e ilocaliza la representación en una trans-percepción anexacta y volatil. Y es que aquí nos encontramos en el gran problema de lo que llamamos “performance” y “performata”, y que diferencia este concepto del de “actuación” y “actor”. Juan Salzano, filósofo, poeta y músico de Buenos Aires, nos dice en su ensayo “La experiencia Nebular”: “Existen incontables actores en nuestro Hospital Cultural, pero pocos performatas (...) Actor es aquel cuya acción, aún si dentro de ciertas variaciones sensibles, replica los lineamientos generales de la misma estructura preformada que subyace al inventario de las conductas, sea sobre un escenario, en la calle o en medio de la selva. Si “la acción es una función de nuestra experiencia” (Laing), la condición de los límites de esa actuación es una cierta preorganización de la experiencia, en base a los torniquetes reductivos de siempre: forma, claridad, significado. Piezas indisolubles de un introyectado imperativo de reconocimiento que cacarea cada mañana: toda experiencia debe ser reconocible según categorías pre-existentes. (...) la tercerización de toda experiencia en el Hábito compulsivo que somos. A la realidad, entonces, no se la experimenta, sino que se la reconoce mediante su incorporación a una representación estabilizadora. La acción no haría sino volver a recorrer, en su movimiento, los pesos y medidas que ésta representación ya prefijó en el espacio (...) “ por lo tanto, no se trata de anclar el concepto de “performata” a identidades fijas o a individuos (no estamos catalogando a Jack Adler Mc-Kean como performata, sino más bien cierta insinuación atmosférica que se produjo en el momento que toco esa obra): la función performata, como desconfiguradora del imperativo de reconocimiento, es un vector de desterritorialización que podemos encontrar en cualquier estratificación de lo Real: no alcanza con auto-reconocerse o reconocer a determinada persona o colectividad (humanas, maquinicas, animales, cyborgs) como el/la/lo performer, esta misma está atravesada por esta preorganización de la experiencia que se transforma en Hábito. Sin embargo, podemos hablar de que cierto desarrollo de materiales sonoros puede incentivar estos vectores de desterritorialización que caracterizarian la funcion-performata: por ejemplo las llamadas “tecnicas extendidas” del intrumento que se desarrollaron (como los multifonicos, el slaping, los soplidos, y los sonidos de llaves) en la obra pueden sacarnos de determinada referencialidad para que lxs oyentes estemos por fuera del reconocimiento de lo que estamos escuchando. En conclusión, la experimentación sonora puede actuar como operadora de redistribución de la sensibilidad que sustituyendo el reconocimiento nivelador exigido por el mandato civilizado de nuestra cultura por un imperativo de aventura performata. Laboratorio de Performance

Creado por Marco Erijman y Adagio Russo.