Afinacion Olteca

De musiki


Afinacion Olteca
Error al crear miniatura: Falta archivo
Nombre de la escala: "nombre de la escala"
Autor: Juan Ignacio Arzuaga
Intervalos absolutos en cents: "Intervalos absolutos en cents"
Explicación breve: "Explicación breve"

Descripción de la afinación

El sistema de afinación Olteca era la forma que tenia la tribu de mismo nombre de dividir los sonidos contenidos dentro de una octava y su organización. Este sistema fue creado específicamente para la Ocarina de Obsidiana, instrumento el cual era fabricado a base de piedra volcánica, creado por el Sacerdote del pueblo, único artesano capaz de construirlo. Dependiendo del tamaño de la piedra, variaba el registro del instrumento. Había tantos registros, como personas, pero se podrían englobar en “Soprano” “Tenor” y “Barítono”. Sin embargo, todos los instrumentos respetaban la misma relación entre sus intervalos. Primero, el Sacerdote generaba la “Tónica” y en base a esa fundamental, tallaba la ocarina para generar los distintos sonidos hasta la octava con una precisión asombrosa. Estudios posteriores muestran que podía haber una variación de +/- 5 cents entre los intervalos de una ocarina y la otra.

Descripción de la escala

La escala Obsidiana deriva de los sonidos producidos por la Ocarina de Obsidiana. Dicho instrumento está compuesto por dos cámaras independientes (por eso la embocadura tiene dos bocas unidas) en donde una producía una sola nota pedal “tónica” y la otra, con 7 agujeros, se utilizaba para hacer melodías improvisadas sobre esa nota pedal. La escala podía ser ascendente o descendente, pero jamás se hacían acordes. Solo podía haber dos notas sonando, donde una siempre era la tónica. Los ritmos eran de lo más variado, dependiendo de las necesidades. La melodía terminaba cuando se llegaba a la octava superior y se mantenía por unos segundos.

Explicación/justificación

La tribu Olteca, fue una pequeña población precolombina que habito una isla del golfo de México entre los siglos X y XII. Su deidad principal era un volcán, al cual era el centro de todos sus rituales y oraciones. Incluso, los muertos eran lanzados a la lava para poder descansar en paz. Este pueblo tenia la particularidad de que cada persona llevaba consigo un instrumento de viento, una especie de ocarina hecha de obsidiana, roca volcánica de color negro o verde oscuro con características vidriosas. Estas ocarinas de obsidiana eran parte de un ritual que todos debían hacer a la edad de los 14 años, en donde se adentraban en las entrañas de la montaña por varios meses en busca de la piedra que sería su instrumento, debiendo superar siete pasos u obstáculos, de los cuales no se sabe a ciencia cierta de que se trataban realmente. Una vez de vuelta al pueblo, el Sacerdote se encargaba de fabricar la ocarina y cuando se la entregaba a su dueño, este vertía una gota de sangre en la embocadura; de esa manera, el instrumento pertenecía solo a esa persona y no podía ser tocado por ningún otro bajo pena de muerte. De este modo, los jóvenes se convertían en adultos ante los ojos del pueblo y de su Dios.

La ocarina de obsidiana era utilizada como forma de meditación, relajación o entretenimiento de las personas. Se tocaba siempre en solitario, tratando de encontrar respuestas en la música, ya que se creía que era la voz del volcán y de los ancestros la que sonaba. La tónica, que se mantenía como nota pedal durante toda la melodía, representaba la vida, la tierra y el presente, mientras que las demás 7 notas, representaban los 7 obstáculos superados en el ritual. Por lo tanto, la música producida intentaba ser una representación sonora del camino de la vida, de los problemas cotidianos y de la búsqueda por solucionarlos. El carácter de la música variaba según el estado de ánimo y el fin con el que se tocaba. Cuando se llegaba a la “octava” superior de la nota pedal y se mantenía por varios segundos, representaba no solo el final de la melodía, sino también la posible respuesta a las inquietudes, la unidad, la paz y la felicidad.