Declaraciones mundanas

El arte se enfrenta a sí mismo, como producto del entorno, genera nuevos contextos contradictorios.
El sentido del arte se ha perdido en el proceso de su negación.
La pluralidad de las posibilidades se abren hacia el infinito, olvidando el propósito primo.
La apariencia, una vez más, arrolla a la verdad cortejándose con la razón para la aceptación de su existencia.
La búsqueda de la transcendencia de aquellos que persiguen lo nuevo para ser aclamados en algún futuro, estimulan el florecimiento del arte hacia nuevos caminos.
He creado las premisas superiores, para que puedas convencerte de que te encuentras frente a una obra maestra.
La subjetividad avasalla al pensamiento colectivo pasando por alto su propia subordinación.
El arte nuevamente busca conectar con su aspiración inicial formando parte del entramado social, reclamando no ser esclavo de unos pocos.
El arte se declara combativo desde el momento en que, no solo se niega a sí mismo, sino que, confronta las reglas que el hombre le ha impuesto.
Como producto del entorno, el arte se niega a sí mismo y genera nuevos contextos contradictorios, poniendo en evidencia las leyes triviales que condicionan la vida de los hombres.
Para quienes se preguntan ¿existe el arte?, responderemos que el arte existe en tanto existe el no-arte. Una mesa es una mesa.

Amalgamados en esta reproducción estándar, nuestras historias serán todas iguales. Dejando de lado el formato de escritura, lo importante es lo que se dice y no lo que se ve; olvidando que lo que se ve también dice algo. Felices aquellos hombres estatuas que serán aclamados hoy y siempre, estudiados y respetados. Podemos perseguir el mismo camino, alcanzando la prosperidad de ser un antiguo moderno.

Andrés Moscato