Abel
Participantes
Juan Carlos Paz | Compositor
{{#set_internal:ParticipaDeObra|NombreParticipante=Juan Carlos Paz|Rol=Compositor }} |
Orgánico | Piano, Voz-tenor |
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Tipo de partitura | tradicional, dinámica |
Duración | 6:40 |
Discografía en Amazon |
Estructura musical
movimiento | Abel |
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estructura musical | arco (ABCBA), lied (ABA') |
tempo | 54 |
compás | 4/4 |
Sinopsis
Juan Carlos Paz, le pone música a ésta poesía de Manuel Machado (poeta y dramaturgo español), donde el compositor argentino intenta interpretar a través de la música, la terrible escena que plantea Machado en éste poema basado en el trágico relato bíblico de "Caín y Abel", donde Caín por celos de su hermano Abel, lo asesina. El piano y la voz logran interpretar toda la trama de la poesía de una manera muy extraña, pero al mismo tiempo logra meterte de lleno en la letra de la poesia y la historia que éste arrastra. La propiedad «Sinopsis» (como tipo de página) con el valor de entrada «Juan Carlos Paz, le pone música a ésta poesía de Manuel Machado (poeta y dramaturgo español), donde el compositor argentino intenta interpretar a través de la música, la terrible escena que plantea Machado en éste poema basado en el trágico relato bíblico de "Caín y Abel", donde Caín por celos de su hermano Abel, lo asesina. El piano y la voz logran interpretar toda la trama de la poesía de una manera muy extraña, pero al mismo tiempo logra meterte de lleno en la letra de la poesia y la historia que éste arrastra.» contiene caracteres inválidos o está incompleto, por lo que puede causar resultados inesperados durante una consulta o proceso de anotación.
Motivación
La poesía de Machado fue el hilo conductor de ésta obra
Más sobre la obra
ABEL (POEMA)
El campo y el crepúsculo. Una hoguera, cuyo humo lentamente al cielo sube. En la pálida esfera no hay una sola nube.
La tristeza infinita efluye de la humilde hierba del suelo. Invita a llorar el rumor de la arboleda...
Se va el día, y se queda la tristeza infinita.
Junto de la corriente, desnudo y muerto, yace Abel... Y la primera sangre vertida seca el sol poniente.
El humo al cielo sube, callado, de la hoguera... Y baja como un duelo soberano la noche a la pradera... «¡Caín! ¡Caín! ¿Qué has hecho de tu hermano?»