La visita de Jack Adler McKean por la Argentina
El día 18 de septiembre de 2019, en el Auditorio de la UNTREF, se llevó a cabo una clase y un concierto de Jack Adler Mckean, un intérprete inglés de tuba (instrumento de viento-metal). Dicho músico se enfoca principalmente en la relación entre compositor e intérprete y la importancia en la comunicación y comprensión entre ellos.
Mckean toca una tuba baja en Fa mayor y con esta actualmente se encuentra haciendo investigaciones: el microtonalismo, los sonidos aireados, etc. También habló de que estos sonidos pueden generar altura, pero son muy leves. Para hacer una demostración con respecto a esto, tocó la Obra Diversión II compuesta por S.Marty, un compositor francés que se especializa en sonidos electrónicos con instrumentos acústicos. En la obra produjo sonidos utilizando silbidos, canto, soplidos, bajando solo media válvula (efecto que mutua o atenúa), golpeando la lengua contra los dientes o labios y por último, produciendo sonidos inarmónicos. Luego, trabajó con una obra tailandesa que experimenta sobre los sonidos aireados entonados, donde especificó que había dos modos para hacerlo. Una de las formas era removiendo partes de la tubería, lo cual hacia que se interrumpa la columna de aire hasta donde la válvula se saca. Esto genera que el sonido aireado sea más claro; si se da vuelta la boquilla el sonido se amplifica y se puede entonar mejor. Otra de las formas para generar sonidos aireados es soplar estando a distancia de la boquilla. Esta es más sencilla ya que no hay que extraer partes de la tuba. Para demostrar estas técnicas, interpretó la obra “Air and Blood”, centrada en los sonidos aireados tónicos y atónicos. Era una obra de muy baja dinámica, ya que es muy difícil generar sonoridad con estos sonidos, lo cuales son creados a partir de soplidos. La obra también estaba acompañada de una base electrónica que le servía en cierta forma para aumentar la tensión y hacerla más homogénea. Por momentos el intérprete utilizó sonidos multifónicos. Luego nos presentó a Mark André, que trabajaba con las dinámicas leves y que investigó cómo poner la boquilla y los labios de forma que su resonancia tenga una cadena de delays. Esto, a su vez, genera un sonido nuevo. Se suele utilizar de sonido base para la transformación de la fundamental de Fa. Después nos presentó una obra para clarinete y contrabajo donde se trabajaba con multifónicos. Esto se genera cuando los labios se mueven muy rápido en dos frecuencias distintas pero cercanas. Al pasar tan rápido de una nota a otra, si encontramos el lugar justo, ambas alturas parecen vibrar al mismo tiempo aunque esto sea solo perceptivo (ya que siguen vibrando alternadas). La nota de abajo es una versión más aguda de la que está escrita. Un cuarto de tono más alto es el que oscila entre las dos notas. En el registro más grave la fundamental del armónico puede estar ascendido una cuarta más arriba lo que genera un tono ficticio. Por otra parte, trabajó con Patrick Friel que compuso obras de altas dinámicas: “Terles Cope de Esra”, una obra multifónica donde solo se utilizaban dos notas y para intentar lograr el efecto de una tercer nota se podía cantar por encima. Esto no generaba, de todos modos, un acorde. En la obra lo trabajó controlando los armónicos que se escuchaban a partir de la boca. Tuvieron que crear nuevas formas más eficaces para expresar lo que debería ser tocado en la partitura, y en la obra se utilizaban técnicas como sonidos con los labios, lengua mecánica del instrumento y todo lo que se le pueda agregar: cantar, golpear la tuba, sonidos externos, sonidos electrónicos, sordinas, etc. Estos sonidos se pueden ir encontrando al investigar y estudiar el instrumento e ir buscando, dependiendo de qué tipo de onda vibracional se quiera generar. No hay técnicas estándar, cada uno trabaja con la técnica que elija. La presentación contó con la presencia de un estudiante de la facultad, quien hizo un estudio de cómo amplificar el frito vocal con la tuba y con esta generar sonidos rasposos y secos. Esto lo logró sacando el sonido hacia afuera a partir de las vocales, solo usando la voz. Desarrolló una técnica y teoría donde sacando la cuarta válvula se deberían encontrar más contenidos, pero él no tenía acceso a una tuba y lo practicó con otro instrumento, en el cual esto era posible. Al intentarlo con la tuba, el sonido no era muy notorio y requería más amplificación. Para esto el instrumentista utilizo la técnica de media válvulas donde se lo percibía más sonoro. Por último Adler trabajó con nuevos compositores para encontrar nuevos sonidos y comenzó a experimentar con otros tipos de embocaduras. Aquí era más difícil controlar las alturas, en las partituras debe encontrarse la descripción de los sonidos que se quieren generar para poder tener más precisión. Con Jesse Renau trabajó en unas modificaciones en la boquilla, una hecha por un luthier y otra que era de una trompeta antigua. Esto también generaba diferentes sonoridades. Hay muchas técnicas que se pueden aplicar a cualquier tuba pero difieren en la altura, en la composición armónica y dependen de la fundamental propia de cada una y su afinación. En la cuestión socio cultural hay que tener en cuenta que la vida de un músico en un país como Inglaterra es muy diferente a comparación de las posibilidades que tiene uno en la Argentina. En Europa hay muchas más facilidades en ciertas cuestiones económicas que nosotros nunca podríamos acceder. Aun así Jack comentó que si seguía trabajando en estas investigaciones terminaría pobre; le es posible continuar con su proyecto como puede, aunque es un riesgo constante. Esto podríamos relacionarlo con la situación de la música en Dinamarca. Cuando vino a tocar la saxofonista Anja Nedremo explicaba que todas sus actividades de investigación estaban apoyadas y subvencionadas por el gobierno y que éste los impulsaba a seguir investigando y estudiando, lo que demuestra que están viviendo una situación muy diferente y lejana a la nuestra. El día 21 de septiembre de 2019, el tubista inglés se presentó en la sala Muiño en el C.C. San Martín. Allí llevó a cabo una performance de improvisación junto a CLiC (Colectivo de Live Code), en la cual se experimentó con los diversos y heterogéneos sonidos que nacen a partir de su instrumento. Por su parte, los integrantes de CLiC se autodefinen como “Un espacio de intercambio y producción colectiva, abierto, cuidado, horizontal y adhocrático para abordar, investigar y performar utilizando técnicas y herramientas de livecoding”. Estos 3 intérpretes compartieron el espacio escénico junto al Mckean, y se encargaron de procesar mediante la programación en vivo, el sonido ejecutado por él. Los recursos sonoros utilizados en dicha performance fueron muchos. Primeramente, comenzó a proyectarse en una pantalla gigante un espectro tridimensional que graficaba en vivo el filtrado que sufría momento a momento las notas que el vientista generaba. Por su parte, el tubista inglés, tocó aproximadamente 25 minutos con un parlante JBL dentro de la campana de su instrumento que emanaba frecuencias muy bajas. Estas frecuencias, combinadas con las vibraciones del instrumento, generaba un sonido muy particular al que, además, se le sumaba el trabajo de programación. Investigó con el sonido que genera el soplado de aire sin vibración de la boquilla en los labios. En otras palabras, el simple efecto de hacer circular una columna de aire sin generar notas. Incluso, se llegó a percibir que generaba notas con sus propias cuerdas vocales. Por otra parte, jugó mucho con el batido perceptual. Provocaba una oscilación entre 2 notas, que daban como resultado este fenómeno propio de la percepción auditiva. El trabajo por parte de los intérpretes de CLiC era por turnos. Llegando al final de la presentación uno de los programadores loopeaba diferentes fragmentos del viento metal y construía en base a eso, diversos sonidos y texturas sonoras. La recepción del público en primer lugar fue de un gran respeto. Presenciar eventos de este tipo ponen a prueba a cualquiera que no esté acostumbrado/a a centrar la escucha en la materialidad del sonido.
A modo de conclusión, personalmente nos gustó mucho, si bien, tampoco estamos acostumbrados a dichas performances. Creemos que es importante deconstruir el árbol genealógico socio-histórico-cultural de la música (la música convencional, si se quiere decir de otra manera) que se acumula en nuestra memoria genética, para volver al origen del sonido en sí mismo. En experimentar con la materialidad propia de las ondas vibracionales, más allá de una búsqueda estética.
Por Ana Badino y Juan Pablo Burgos. (Clase de Instrumento I)
Archivo:Mckean en el C.C San Martín 1.jpg Archivo:Audio.Jackadlersanmartin.m4a