Usuario:Cristian Olivera
Análisis de obra
Integrante:
Cristian S. Olivera
Titulo:
El hacha y el quebracho
Introducción:
El siguiente análisis de la obra el hacha y el quebracho de la versión Waldo de los ríos, hará hincapié en su estructura, donde realizaremos una descripción del recurso compositivo usado, mediante un esquema analogico, para dimensionar el discurso, macro y micro formal. También haremos comparaciones estructurales dentro del género chacarera y nos apoyaremos en diferentes conceptos de estructuras musicales. La intencionalidad de este análisis es objetivar si la chacarera logra proyectarse ya sea conservando o alterando su estructura, y para ello intentaremos remarcar que tipos de intervenciones o estrategias compositivas operan en el discurso.
El hacha y el quebracho es una obra instrumental con ciertos rasgos folklóricos en mayor magnitud, podríamos optar por mencionar la chacarera, ya que en su introducción predominan los 8 compases como intro característicos de la chacarera simple, aunque no converge en su totalidad con la estructura formal estandarizada, sostendremos como primera hipótesis que es una proyección de la misma.
Por otro lado haremos una comparación de patrones rítmicos tradicionales y los que predominan en la pieza para constatar similitudes de acompañamiento rítmico. Tambien observaremos el despliegue motívico (Cabe aclarar que no analizaremos el motivo en si, sino que lo representaremos analogicamente a través de un esquema.
Desarrollo:
Conociendo que la chacarera tiene una estructura estandarizada y que es inmutable si está sujeta a una coreografía, podríamos decir que en esta versión del hacha y el quebracho, su compositor simpatizo con la chacarera utilizando varias cualidades. Una de ella es una melodía que encaja dentro de los ocho compases que se repiten en la introducción, luego el patrón rítmico tradicional, que figura en el piano y que remite al que se usa en el malambo, en los golpes de acompañamiento en la guitarra DoM-ReM-SolM. Otra es, el patrón rítmico que consiste en conjunción de los compases equivalentes 6/8 y ¾, característico en la percusión que acompaña; en este caso no mencionaremos el bombo como único instrumento, sino un set de Jazz, atípico del folklore tradicional. A todas la mencionadas sumemos otra estrategia, el desarrollo de un material temático dentro de frases simétricas de 8 compases. Dadas estas operaciones como estrategias compositivas, sostendremos la posibilidad de una proyección de la chacarera y para verificarlo abordaremos en el discurso y marcaremos las alteraciones de la estructura estandarizada, para objetivar si verdaderamente deviene una proyección de la chacarera.
Para contrastar con la estructura estandarizada de la chacarera, nos plantea una simple idea de proyección en la música folklórica:
Juliana Guerrero “En medio de este escenario, la música de proyección folclórica ofreció nuevas transmutaciones y fusiones de géneros musicales. Ello se vio reflejado en la libertad con la que los músicos modificaron las formas de los géneros populares y, a la vez, los desligaron de la danza. Entre los recursos compositivos que se emplearon, la novedad fundamental fue la utilización de armonizaciones provenientes del jazz. (Guerrero 2014:60).
Otra mirada enfocada en cuestiones de estética y no de estructura es la que propone Madoery: “Los pioneros de la batería en el folklore”
Es posiblemente en la década de 1960 donde la apertura a diversas instrumentaciones comienza a emerger en agrupaciones que, si bien se vinculan al repertorio folklórico, mantienen cierta distancia de los artistas más hegemónicos. Los Waldos por un lado y Eduardo Lagos realizan grabaciones precursoras en su estilo, vinculando al folklore con el jazz y otros lenguajes. Waldos de los Ríos luego de sus primeras grabaciones con su madre Marta de los Ríos, formó los Waldos, una agrupación pionera en fusionar elementos del folklore, con el jazz y con los nuevos instrumentos eléctricos que comenzaban a masificarse. En el disco Folklore Dinámico del año 1966, sobresalen los nuevos timbres de sintetizadores propios del rock psicodélico, junto a ritmos con algún parentesco a los de los géneros ternarios. En relación con la batería se escucha un toque con escobillas vinculado al jazz. (Madoery 2011)
Según Madoery habla de vinculaciones ajenas al campo folklórico, de hecho nos menciona “la fusión” de géneros como consecuente, pero no menciona alteraciones estructurales específicas, tampoco se habla de proyección de la chacarera como eje sustancial dentro de las libertades en las creaciones compositivas que se manifiestan, desligándose de los bloques estructurales en los cuales se funda el folklore tradicional. En la siguiente figura 1 representare uno de los patrones más característico de la chacarera en el acompañamiento del bombo leguero.
Si bien la versión del hacha y el quebracho no usan instrumentación típica de la chacarera, no hay interferencia alguna con los patrones tradicionales de la chacarera. Observemos la figura 2 en el set el bombo y el plato, enmascara la tímbrica, ya que el mismo patrón se utiliza en el aro, en este caso se ejecuta en el platillo.
Otro eje en cuestión es la línea melódica que se transforma en un primer material temático de la introducción, el motivo se manifiesta en 2 compases y se repite sucesivamente en una frase (8 compases X 2), aclaro: (X2 = REPITE), luego entra en la variación I que se disponen en (4 + 4 + 4 + 6 compases, X2) y posteriormente entramos en un gran desarrollo temático, en este principio de explicación pretendo decir que la mayoría de las chacareras tradicionales logran este recurso compositivo, que se basa en la variación motívica. Si escuchamos La otumpeña (Chacarera simple, tradicional) de Leocadio del Carmen Torres en la versión de los Manseros santiagueños, apreciaremos en la escucha que la introducción de 8 compases presenta un motivo que se repite cada 4 compases, y luego cuando entran la voces en la primera estrofa, cantan una mínima variación melódica del motivo de la intro.
Sin embargo en la pieza "El hacha y el quebracho" sucede una variación motívica a gran escala como primer eje operativo, lo que deviene en una alteración estructural.
Tomemos como referencia el siguiente esquema analógico que detalla en las frases la cantidad de compases donde se sucede dicha variación motívica, cabe aclarar que no analizaremos el motivo en cuestión, sino que en las escuchas posibles con el esquema de referencia, se identificara claramente.
El siguiente esquema se lee de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo.
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Para destacar en la introducción se puede apreciar que ocurren 1 frase de 8 compases X2, pero antes que sucedan los 16 totales, se introduce un solapamiento dos compases antes de esa totalidad, osea en el (Compás 14) Esta estrategia deviene en una descolocación durante el conteo de compases en una escucha, es decir una frase concreta simétrica de 8 C y la siguiente inconclusa, dando entrada a la variación I.
El desarrollo resulta dinámico, y dicho motivo se manifiesta fragmentado, reiterativo:(Desarrollo= 8 + 8 + 8 compases), para así ser llevado con gran tensión en los siguientes (8 + 8 compases), para luego presentarse prolongado y refiriendo al motivo original, esto sucede en el comienzo de la 4 frase (8 + 8 + 8 compases), seguido le sucede la variación II, en esta ocasión se observa una mínima prolongación en el consecuente del motivo, manifestándose en una síncopa en (8 + 8 compases)
Continuamos con una superposición de dos planos sonoros generados por una melodía como plano 1 (desprendida del motivo inicial) y a la vez la variación II Plano 2. Esto sucede en la 5 frase y tiene por duración (8 + 8 compases).
Coda: remite la introducción del tema con algunas mínimas diferencias, se logra ruptura en el final de la coda, precipitada y forzada, como cuando se detiene la marcha de un tren antiguo, así es como opera el efecto del rallentando en esta pieza.
Principios estructurales: Aaron Copland menciona como principio estructural básico la repetición, afirmando que la mayor parte de la música se basa en una amplia interpretación de la misma. A partir de este principio se clasifica en cuatro formas típicas:
•La repetición simétrica o por secciones.
•La repetición por variación: data de muy antiguo y aunque en un principio se aplicó desde el punto de vista melódico, pronto se adaptó al estilo instrumental. •La repetición por tratamiento fugado: en estas formas lo que se repite es el tema principal, y variaciones en torno a este tema.
•La repetición por desarrollo: se repite un desarrollo de la obra en momentos diferentes. Dejando las demás basadas en la no repetición en la categoría de “formas libres”.
Conclusiones
En consideración, la negación a la estructura estandarizada de la chacarera, deviene en proyección de la misma, El hacha y el quebracho contiene y converge con varias cualidades típicas tradicionales, el patrón rítmico en el acompañamiento del set de percusión, el desarrollo de un material temático, y otra posibilidad que no descarto por probabilidad en el esquema visto, es la duración simetrica de las frases. La simetría en la duración está referida a los números pares que se dan en cada frase, 8 + 8 (cantidad de compases), equivalen a dos frases. Si nos sujetamos a la escucha de la pieza, asociaremos el devenir de las frases, por más que nos parezca exótica y virtuosa la interpretación, observemos que a través del dinamismo, la gestualidad motívica y la direccionalidad, no encontramos una pieza estática, pese a que estructuralmente tenga frases simétricas en forma de bloques. El discurso se manifiesta fluido. Una proyección de chacarera es lo que deviene y se difiere de una estructura que históricamente a sido estable por tradición y que a la su vez puede estar ligada a una coreografia. La negación de su estructura desarticuló su arraigo, fundando nuevas posibilidades en chacareras con estructuras flexibles y mixtas.
Alan belkin "La estructuras más estables son adecuadas para exponer el material por primera vez, o para transmitir al oyente la sensación de resolución (como en una recapitulación). El propósito consiste en hacer que el material sea fácilmente memorizable y reconocible. Las estructuras inestables “elevan la temperatura,” y por tanto transmiten mayor intensidad. Las sucesiones de ideas más abruptas y sorpresivas normalmente, para que tengan coherencia, deben de presentarse a un oyente que ya se ha familiarizado previamente con ellas. Alan belkin (2008:15)
Luego de tener un claro ejemplo por Belkin y sin desmerecer su concepto, utilizaremos un término diferente para nuestra problemática, optaremos por estructuras estables, flexibles y sus combinaciones . En el siguiente esquema observaremos los tipos de estructuras y sus combinaciones y a continuación detallaremos cada ejemplo.
La estructura estable en la mayoría de los casos, no se modifica, es la que clarifica el discurso musical tradicional y la que opta por su conservación. (contiene dos partes simétricas)
En una estructura flexible predominan intervenciones en cualquier momento del discurso, pueden tener apariencias estables, transitorias, mutaciones en distintos géneros, cambios radicales en el tempo, en la armonía, incluso no tener centro tonal, la mayoría de estas intervenciones son creaciones libres de cada compositor y van de la mano de la impredecibilidad. (Puede contener partes simétricas y asimétricas)
Mixtas es la combinación de estructuras estables y flexibles, estas son las estructuras estables que se encuentran intervenidas por momentos flexibles, ya sean por una intro indiferente al material temático principal, texto, en forma de recitado, sonidos referenciales, solos instrumentales etc. Estas intervenciones solo pueden darse en tres momentos específicos, Intro- entre dos partes simétricas- al final.
Esta gran pieza del "Hacha y el quebracho" estructuralmente la podríamos ubicar dentro de la estructura flexible, por su alto grado de impredecibilidad, debido a las diferentes intervenciones que contiene, estas estrategias compositivas operan con gran libertad de creación y que proyectan el genero de la chacarera enriqueciendo su sonoridad con un audaz resultado.
Bibliografía
Guerrero, Juliana. “La ‘música de proyección folclórica’ en Buenos Aires: una disquisición sobre la escena musical”. Cuadernos de Música, Artes Visuales y Artes Escénicas, 11(2), 185-199, 2016. http://dx.doi.org/10.11144/Javeriana.mavae11-2.mpfb Ultimo acceso 6/11/19 13.20 hs.
Madoery, Diego (2016) La chacarera “Estado de situación sobre los estudios del género” http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/56447 Último acceso 5/11/19, 20:30 hs.
Copland, Aaron (1994). Cómo escuchar la música. (2ª ed.) España: Fondo de Cultura Económica.
Alan Belkin (2008) ” A practical guide to the music composition”. Articulo disponible en http://alanbelkinmusic.com/bk/F.pdf Ultimo acceso 24/11/19 22:30 hs.